Esta laguna está atrapada entre campos de cultivo, bosques y la ría, formando un refugio para aves de todo tipo, tanto del propio humedal como las que vienen del mar. Siguiendo un camino de tierra próximo a la playa de Carragueiros llegas a la laguna. Una vez allí, cuesta comprender cómo pueden convivir en paz tantas especies de aves, mamíferos o peces en un entorno tan reducido, entre las que se encuentran la garza real, el somorgujo, anfibios como la salamandra y culebras. En este lugar reina una armonía difícil de imaginar. Si los habitantes de estas aguas fuéramos nosotros mismos, la convivencia no sería lo mismo. Preservar este sitio tal y como lo conocemos es tarea nuestra.